miércoles, 11 de mayo de 2011

Cap 1 - El destierro ~Tercera parte~ [Historia de un Elfo Negro]

Solo se dio cuenta cuando estuvo dentro de aquella engañosa gruta, el olor a sangre y muerte que tan bien conocía y que por alguna extraña razón no salía afuera del cueva, quizás para no alertar a los ingenuos, le revelo la verdad. Ese lugar era el sitio de donde algún ser maligno se alimentaba los restos de cadáveres de todo tipo, incluyendo algunos putrefactos cadáveres humanos lo delataba. Estaba en la cocina de alguien y eso no era bueno en ningún sentido por lo que rápidamente trato de escapar de ese lugar. Pero era demasiado tarde ya que la salida había desaparecido sumiendo esa cueva en la mas absoluta oscuridad. Estaba atrapado hasta que el responsable de esa carnicería de ahí dentro apareciera seguramente para transformarlo en algún aperitivo.
-Esto..es muy malo..-susurró el pequeño pensando en alguna forma de escapar de esa trampa consciente completamente en que no le seria fácil salir de ahí a menos que el dueño de ese sitio que había puesto la barrera trampa, lo dejara. Asi que pensando y pensando se acurruco como si nada en medio de los cadáveres putrefactos esperando e ideando su plan de escape.
Un ruido ensordecedor parecido a rocas deslizándose lo despertó del sueño en el que inevitablemente había caído. La cueva se ilumino levemente y por el tipo de claridad se dio cuenta de que ya había anochecido pues los rayos que distinguían eran de luna. Sin embargo pudo apreciar esta luminosidad solo por un segundos pues de inmediato el lugar volvió a oscurecerse y unas enormes y viscosas manos envolvieron en su cuello asfixiándolo. Era un ogro, un inmenso y horrible ogro de piel verde palido que se veía horroroso y asqueroso bajos los rayos de luna, sus ojos, dos cuencas blancas y lagañosas le veían con malicia e instinto asesino. Sin embargo y eso lo sabia bien el pequeño, los ogros eran conocidos por su egocentrismo que rayaba en lo ridiculo haciéndoles muy vulnerables a la hora de pensar.
-S-s..señor..Dr.draronte….?-susurró apenas en un quejido el elfo sintiendo su respiración fallar ya por el agarre en el cuello, aun temblando de miedo pero decidido a escapar de allí. Y es que había supuesto que era ese ogro de quien l habían “advertido” aquellos duendes burlescos y maliciosos - el re…reconocido..ahh agg..señor ..d-de…d..de egte bosgque?
Cuando escucho las palabra “reconocido señor del bosque” el ego del aquel ogro se elevo por los aires, soltando del agarre a su pequeña e imprevista “cena”, bajándolo al piso tomandolo ahora solo del hombro para evitar que saliera corriendo-Veo que has oído de mi..-contestó el sonriendo, dejando ver sus podridos dientes, mirándolo fijamente- no eres tan idiota como pensé la venir a meterte a mi “comedor”
-Cla-claro que no…su majestad..-susurro el pequeño recuperando el aire como podía, adoptando una actitud lo mas aduladora posible –Mi nombre es Ardenlyon, hijo del Rey de los Elfos Oscuros, Darkar, -agregó haciendo una reverencia respetuosa- sus proezas y gran poder ha llegado hasta el nuestro reino el Gran Bosque Negro y mi padre me ha enviado para presentarle mis respetos..
-Ja! El rey de Darkar? He oído de el pero…-lo mira y lo levanta desde el cuello de su vestimenta para acercarlo hasta su rostro y olisquearle el cuello y despeus darle una larga lamida- si, hueles como el pero tu olor se mezcla con un asqueroso pero delicioso aroma humano y sabes también a humano.. (si es contradictorio lo se e___e-notas de autora XD-) supongo que te envio para servirme, asi que desde ahora seras mi esclavo…-agrego dándole una mirada maligna, seguro de que ese Rey le había enviado un sirviente para mostrarle sus respetos (aja asi de egocéntrico era XD-notas de autora-)
Arden se estremeció con la lamida, estaba consciente de que ese ogro sabría que tenia sangre humana corriendo por sus venas pero el hecho de que reconociera también la esencia de elfo heredado de su padre y mas encima, que conociera a su “padre”, era algo incluso mejor de lo que había planeado. Sus planes estaba marchando sobre ruedas, solo debía de hacer tiempo hasta que casi amaneciera para seguir con la siguiente fase.

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